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domingo, 12 de febrero de 2012

NUEVOS CONCEPTOS Y FORMACIÓN DEL PESCADOR A MOSCA









     En  nuestros días se considera sinónimo de calidad de vida, él poder disfrutar de tiempo libre en pleno contacto con la naturaleza y participar de sus atractivos y secretos. Pero toda esta moda de búsqueda de la naturaleza trae inconvenientes para los que considero hay que estar preparados, pues el medio natural es frágil y hay que saber conservarlo para que todos podamos disfrutarlo ahora y en el futuro.
    Todos estos cambios sociales lógicamente, influyen en nuestra afición directamente. Al valorarse más lo natural, en un futuro muy cercano habrá más demanda de espacios naturales para poder pescar y se exigirá una calidad en cuanto a medio ambiente y  densidad de peces.
     A nuestros hijos y a las futuras generaciones ya no llegará que les compremos el equipo de pesca, les enseñemos a lanzar, a atar las moscas, etc., no, tendrá él deber de instruirles, hacerles ver la importancia del medio natural y como conservarlo.
Tendremos que enseñarles también a amar a los peces y saber disfrutar de ellos pescándolos varias veces. Nuestro deporte nos dá la oportunidad de poder pescar un animal tan valioso en más de una ocasión. Esto no quiere decir que en algunas ocasiones no los podamos degustar, pero teniendo claro, que se tienen que acabar los esquilmadores de ríos a los que yo defino como pescadores de cafetería, para los cuales el mejor pescador es aquel individuo que muestra su cesta de mimbre llena de peces de todos los tamaños saltándose cupos medidas, etc., etc..
A partir de ahora habrá que entender como buen pescador a aquella persona que sepa disfrutar del entorno, del río, de los peces y al mismo tiempo sepa manejarlos, tratarlos con cariño y devolviéndolos con cuidado a su medio.


     Al final todos saldremos ganando, los ríos con mayor número de peces, el entorno mejor cuidado, sin contaminación y los pescadores dejaremos de quejarnos de la poca cantidad de peces o del tamaño de los mismos.
Lógicamente todo esto no llegará, sino se cuidan temas tan importantes como la contaminación por purines, aguas fecales, construcción masiva de embalses y minicentrales, urbanizaciones a pie de río y de costa, etc.
Lógicamente los más interesados somos los pescadores y a parte de ejercer presión a los gobernantes, nosotros mismos tendremos que ser los primeros en poner nuestro grano de arena en la conservación del sistema.




   Son muchas y muy variadas las razones para poder justificar la pesca en general y la pesca a mosca en particular. De hecho, puede haber tantos motivos como pescadores, y más en una modalidad en la que, independiente-
mente de elementos comunes argumentables por todos los aficionados, hay una infinidad de matices que cada pescador percibe y siente de distinta forma.


   Con seguridad, la pesca a mosca es la única modalidad sobre la que existen documentos escritos desde hace siglos y una sobre la que más  libros se han escrito y se siguen escribiendo y traduciendo, lo que no deja de ser un argumento en el sentido de que sobre esta pesca mucha gente tiene mucho que decir.


   Es un verdadero premio él poder capturar peces con señuelos que uno mismo puede crear y que intentan imitar el alimento natural de los peces. Esta modalidad, además, permite pescar casi todas las especies existentes tanto en ríos, embalses, o mares, lo que no sé dá en ninguna otra y es una pesca que no conoce fronteras.
   Os puedo asegurar que cuando pesqueis vuestro primer pez a mosca, os quedareis enganchados y se habrá abierto una puerta a la pasión, que tanta falta hace en estos tiempos.
Me he marcado una serie de pautas o actuaciones antes de afrontar cada jornada de pesca y así poder vivir este deporte de una forma más intensa y agradable.

   En primer lugar practicar de una manera seria y meditada la pesca sin muerte, pues aunque hay muchas soluciones para conservar y preservar las especies, nosotros como pescadores deportivos tenemos que aportar todos los medios a nuestro alcance y pensad, que es un verdadero privilegio tener la oportunidad de capturar y liberar un pez  después de disfrutar de su lucha, esto solo está al alcance de nuestro deporte.

  Otro tema que considero importante es el de la observación del río o la costa y su entorno antes de comenzar nuestra jornada.
Imaginemos cualquier escenario de pesca, los pescadores bajándose raudos de sus vehículos, montan apresuradamente su equipo y se dirigen directamente-
te al cauce del río y comienzan a hacer lances a diestro y siniestro, hasta que cansados y aburridos recogen sus bártulos y se van para casa, quejándose de los pocos peces que hay, la contaminación, el tiempo, etc. Y sí, es verdad, que todas estas cosas influyen en el resultado de la pesca, pero también la postura adoptada por estos pescadores, por su prisa y no saber observar incluyen negativamente en el resultado final de la jornada de pesca.
Tenemos que aprender a escuchar el río, tenemos que desarrollar una cierta capacidad de observación y sobre todo intentar desarrollar el tan nombrado
“sentido del agua”.
  Por ello existen algunos consejos y normas para empezar a motivar esa capacidad de observación y ese sentido del agua, no son reglas exactas, ya que en la pesca influyen muchos factores pero haciendo caso de ellos podemos notar mejoras a lo largo de nuestras salidas.

Estos son algunos de los consejos:

-Cuando exista luna llena y el agua no esté fría (10º C es la temperatura ideal) la trucha se encontrará activa arriba, pero si está fría será conveniente pescar con ninfa para buscar la trucha en el fondo. Si la luna es nueva habrá que tener suerte esté como esté el agua y sí está fría más suerte todavía.

-Las subidas bruscas de temperatura, tanto en el agua como en el tiempo, no suelen ser buenas.

-Las subidas bruscas de las aguas, no suelen dar buenos resultados, excepto en ríos regulados por pantanos o embalses. En ambos casos específicos, las subidas suelen dar buenos resultados, ya que la trucha se suele acercar a las orillas a comer los insectos y larvas que el agua ha sorprendido en su subida. En este caso el pescador deberá tener en cuenta comenzar a pescar las orillas. Igualmente, en los embalses y pantanos, la mejor época de pesca es cuando están en período de subida de caudal, (cuando están embalsando).

-La claridad total o transparencia de las aguas, no es un factor favorable, es preferible que estén ligeramente tomadas, o bien que el fondo se vea con imperfección. Las aguas con una tonalidad verdosa fuerte son aguas de nieve o deshielo y son nefastas para el pescador.

-Sí el río está crecido debido a las últimas lluvias caídas, una solución está en rastrear las orillas con un streamer o una ninfa de cabeza dorada.


-Es muy bueno antes de comenzar la jornada revisar el fondo, sacando tierra y piedras observando las larvas, las telarañas de las orillas y puentes, los insectos que están volando, saber esto es el 80 o 90% del éxito de la pesca.

-Al principio de temporada procurar pescar las horas centrales del día, durante el verano las horas buenas son las del amanecer y atardecer.

-Los días de cielo nublado gris o lluvia fina, suelen ser los días más aconsejados.

-Si hace una brisa constante es conveniente utilizar un bajo más pesado para ganar en precisión. La longitud del bajo vendrá determinada por el tamaño del río y en si vamos a favor o en contra de la corriente.

-Ante la presencia de viento se hacen necesarios la utilización de lances y líneas específicos, como el lance de doble tracción y líneas WF de peso muy adelantado, sobre todo en el mar.

-La trucha siempre mira hacia la corriente. Por ello si pescamos río arriba hay que lanzar con precisión para colocar la mosca justo delante de la trucha sin que detecte la línea, usaremos bajos largos. Si pescamos río abajo hay que soltar la mosca y alargar el lance para no ser vistos, el bajo será de una longitud normal.

-Pescando a mosca en el mar es importante pasearse durante los momentos de marea baja para reconocer bien los fondos y saber después por que zonas debemos mover nuestros señuelos y a que profundidad. También son útiles las cartas marinas que nos indican que tipo de fondos hay en nuestras zonas, si hay arena, piedra, etc.

Sin lugar a dudas la pesca, gracias a Dios, no es una regla exacta pero siguiendo estos consejos y observando con atención, nuestras venideras jornadas de pesca a mosca tanto en agua dulce como salada serán más fructíferas. 


       

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