REPARACION BLANK CAÑA DE SALMÓN
A un amigo le rompió el blank de su caña de salmón concretamente a la altura de la quinta anilla del puntero, fue una rotura total justamente en el medio de la 5ª anilla, y me pidió si sería capaz de arreglarsela y estos son los pasos con los que conseguí realizar la reparación.
En este primer paso utilizé un trozo de fibra de
carbono que ajustaba perfectamente al interior del blank roto, corté los extremos rotos del blank y los lijé para que ajustasen perfectamente e introduje el trozo de fibra en su interior y le apliqué epoxi para encolar perfectamente la fibra a uno de los trozos, una vez seco, primeramente encinté los extremos para buscar su alineación perfecta y marqué su alineación con rotulador, seguidamente encolé el otro extremo e hice coincidir las marcas de la alineación, aquí el resultado de este primer paso.
En esta segunda etapa, moví el encitado para que me dejase campo de trabajo y procedí al lijado de toda la zona, tanto de la uníon de los blanks como el lugar donde se alojará la anilla, con las marcas de alineación consigo mantener ahora la alineación para colocar la anilla.
En este paso encordé la zona de la rotura teniendo en cuenta el espacio interior de la anilla, en vez de encordar toda la zona y colocar la anilla encima, para evitar un engrosamiento muy grande del blank en la zona de rotura, una vez encordado le apliqué una capa de epoxi para endurecer la zona.
Aquí observamos la anilla colocada y anillada, debajo de la anilla vemos el paso anterior, ahora queda la zona encintada para barnizar toda el conjunto y darle el acabado final.
A un amigo le rompió el blank de su caña de salmón concretamente a la altura de la quinta anilla del puntero, fue una rotura total justamente en el medio de la 5ª anilla, y me pidió si sería capaz de arreglarsela y estos son los pasos con los que conseguí realizar la reparación.
En este primer paso utilizé un trozo de fibra de
carbono que ajustaba perfectamente al interior del blank roto, corté los extremos rotos del blank y los lijé para que ajustasen perfectamente e introduje el trozo de fibra en su interior y le apliqué epoxi para encolar perfectamente la fibra a uno de los trozos, una vez seco, primeramente encinté los extremos para buscar su alineación perfecta y marqué su alineación con rotulador, seguidamente encolé el otro extremo e hice coincidir las marcas de la alineación, aquí el resultado de este primer paso.
En esta segunda etapa, moví el encitado para que me dejase campo de trabajo y procedí al lijado de toda la zona, tanto de la uníon de los blanks como el lugar donde se alojará la anilla, con las marcas de alineación consigo mantener ahora la alineación para colocar la anilla.
En este paso encordé la zona de la rotura teniendo en cuenta el espacio interior de la anilla, en vez de encordar toda la zona y colocar la anilla encima, para evitar un engrosamiento muy grande del blank en la zona de rotura, una vez encordado le apliqué una capa de epoxi para endurecer la zona.
Aquí observamos la anilla colocada y anillada, debajo de la anilla vemos el paso anterior, ahora queda la zona encintada para barnizar toda el conjunto y darle el acabado final.
En esta última fotografía vemos el acabado final una vez barnizado todo el conjunto.
UN PAR DE CUERDAS PARA COMENZAR LA TEMPORADA
BRICOLAGE - MORDAZA DE TORNO PARA MONTAJE DE CUERPOS DE MOSCAS AHOGADAS.
DETALLE DE MANDRIL O TORNO DE MANO |
El problema surgía cuando quería montar las ahogadas en anzuelos de anilla, con este torno, no se podía realizar el mismo tipo de montaje y había que recurrir al torno moderno y utilizar otros métodos para levantar la pluma.
Dándole vueltas hace unos dias a la cabeza, me vino a la mente un pequeño "invento" que había utilizado mi padre para adaptar el torno de mano para montar ahogadas con anzuelo de anilla, y así, esta tarde me puse en mi rincón de montaje a transformar uno de esos mandriles para montar moscas ahogadas con anzuelo de anilla y además adaptarlo a mi torno.
El trabajo comienza asi:
Al desenroscar la cabeza del mandril vemos las partes del mismo, cuerpo, cabeza y mordaza, lo primero que tenemos que realizar es marcar en la cabeza el lugar en donde realizar un taladro en la cabeza con broca de 2mm y que coincida en la unión de la mordaza para asentar el anzuelo en la zona que deseamos quede alojado.
Aquí vemos el lugar en donde realicé el taladro que coincide en línea con la interseccion de los dientes de la mordaza.
En esta otra foto apreciamos el mandril de frente y las uñas de la mordaza, las cuales he limado para rebajarlas y, asi conseguir, ajustar la distancia para asentar el anzuelo y lograr una cabeza proporcional en el posterior montaje de la mosca.
Mi torno de montaje Innovation es un modelo rotante, de sencillo manejo, rodamientos de bolas, mordazas de acero sueco que permite alojar anzuelos desde el nº26 al 6/0 y que se suministra, ademas de otros elementos, con 2 piezas como las de la de la foto para alojar las mordazas, y que en este caso, he utilizado una de ellas para alojar mi torno de mano o mandril, de la siguiente forma.
Al cuerpo del mandril le he practicado otro agujero de lado a lado para poder pasar un tornillo de 4mm y así poder sujetarlo a la pieza anterior de la siguiente forma:
Mandril montado en la pieza que, posteriormente, montaré en el torno Innovation.
Mandril montado en el torno, tal y como queda en la foto, puede resultar incomodo para trabajar, pero al ser rotante con ponerlo de lado, asunto solucionado.
Así queda preparado para el montaje, observese lo recto que queda el anzuelo.
Comienza la prueba de montaje con el hilo y voy formando la tradicional forma cónica del cuerpo.
Así queda el cuerpo una vez que lo sacamos de la mordaza, observamos como queda la seda formando una pared a 90º respecto a la tija del anzuelo.
PLUMA MONTADA Y MOSCA TERMINADA. |
LA PESCA CON MOSCA AHOGADA
Como
pescador a mosca siempre he sentido una especial devoción por la pesca con
mosca ahogada tanto con buldó como con sedal pesado.
Es
esta motivación la que me ha llevado este año a coger con fuerza los materiales
de ahogada y montar una buen colección para esta temporada de moscas ahogadas.
Después
de leer con avidez el magnífico libro de José Luis García González, Seda, Pluma y Acero, las moscas del
manuscrito de Astorga, nos
damos cuenta que nuestras moscas ahogadas, hoy ensombrecidas por los diferentes
montajes de secas y ninfas, siguen manteniéndose vivas y con los mismos patrones
de montajes y perfiles que siglos atrás, lo que demuestra claramente su
efectividad.
No
debemos olvidar que España ha dado al mundo de la pesca con mosca un estilo
propio e inconfundible en el montaje de las moscas artificiales.
Quizás
este estilo propio sea la causa de que esta efectividad radique en que este
tipo de montaje no imita a un tipo de insecto en concreto, o un estado del
mismo, sino que, más bien, su indefinición abarca un amplio abanico de insectos
y los distintos estados por los que estos atraviesan. Puede parecer un insecto
adulto ahogado o una efémera emergente, incluso una ninfa de tricóptero.
Desde
luego lo cierto es que el mejor experto en moscas para la pesca, la trucha,
hace ya más de cinco siglos que se pronuncia a favor de ellas y aún hoy sigue
siendo engañada con la misma efectividad.
La
técnica de pesca con mosca ahogada y
buldó para la captura de la trucha ha sido, sin duda, el arte del engaño
con mosca artificial más importante de nuestro país. Es tan antigua como eficaz
y reúne como ninguna otra técnica, tradición, arte y futuro.
Antaño se utilizaban gruesos sedales, obtenidos con esmero y
tras un delicado proceso de extracción y transformación de la seda del gusano.
Alguien tuvo la genial idea de sustituir uno de los anzuelos por un pequeño
corcho rectangular, evitando así que el sedal girase sobre su propio eje, y con
ello los enredos del aparejo.
Hoy en día, la seda del gusano ha sido sustituida
por los modernos monofilamentos sintéticos y el corcho por el buldó o boya,
aumentando la ligereza y resistencia del aparejo, sin disminuir un ápice la efectividad
original.
PESCA CON BOYA O BULDÓ
Para todos aquellos que quieran probar o iniciarse en este tipo de pesca precisan solamente de un equipo básico de lance ligero compuesto por:
Caña: Ligera y resistente. Con una longitud entre 1,8 y 3 metros, suele ser suficiente para adaptarse a todo tipo de ríos, permitiéndonos en cada caso mantener la caña en la posición adecuada para hacer navegar nuestras moscas a la profundidad correcta. Es esencial que la puntera de la caña no sea excesivamente blanda, para poder transmitir a través de ella el movimiento que dará vida a nuestras moscas. De la misma forma, podremos hacer bailar a la primera mosca del aparejo, la bailarina o saltona, sobre la superficie del agua, de tal manera que se asemeje a un insecto de río en plena puesta de huevos, provocando en ocasiones el fulminante ataque de la pintona.
Carrete: No precisa de unas características especiales. La velocidad de
recuperación no tiene por qué ser muy elevada. Deberá ser capaz de
proporcionarnos la velocidad adecuada para mantener en todo momento la
suficiente tensión en la línea, facilitando que la trucha se clave sola.
Aparejo: Se compone del 'buldó' o boya y varias moscas atadas tal y como
se observa en las figuras. El 'buldó' se rellenara con agua hasta alcanzar el
peso ideal para efectuar los lances que precisemos. La longitud total de la
cuerda será función de varios factores: número de moscas con el que queramos
pescar, la longitud de la caña, y del tipo de río que estemos pescando.
La primera mosca anterior al buldó es la llamada Rastro, las
siguientes desde el buldó a la caña son Ahogado, Semiahogado, Semibailarín y
Bailarín.
En cuanto al tipo de moscas que componen la cuerda,
hay infinidad de combinaciones. La regla universal a tener en cuenta a la hora
de seleccionar el color de las moscas es: Tonos oscuros para el comienzo de la
temporada y más claros según va avanzando ésta. Aunque, como en todo, es el
pescador y su experiencia el que debe encontrar cuál es la combinación ideal
para cada situación.
Mosca ahogada con Cola de Rata
Deberán ponerse como máximo tres moscas en el bajo de
línea, ya que un número mayor, casi con toda seguridad, causará enredos al
efectuar los lances. La forma más cómoda de pescar es río abajo, lanzando con
un ángulo no inferior a 45º, tensando la línea y dejando que las moscas deriven
describiendo un arco. Es una técnica similar a la empleada con el salmón.
Puede pescarse también aguas arriba. Los menos
expertos necesitaremos entonces un indicador de picada, ya que esta pesca se
asemeja mucho a la pesca con ninfa.
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